Cada mujer es la reina de su propio corazón. Ella debe decidir cómo gobernar su propio dominio. busca amigos y aliados que el honor que ella es ahora y que se está convirtiendo. Ella tiene el poder de crear milagros. ... Sus oraciones e intenciones se manifiestan en el orden correcto. Ella no sabe cómo ni cuándo serán satisfechas sus necesidades, pero ella confía en la voluntad de lo Divino. Ser la Reina de uno de dominio no se trata de ser el soberano de la vida o las ideas de nadie más. Y ni siquiera es acerca de llamar a sí misma una reina. Se trata de uno mismo honor. Se trata de la elección. Se trata de conocer sus límites y establecer sus límites. Y acerca de alentar a otros a vivir sus posibilidades. Se trata de aprender a vivir con lo que viene a su manera, con tanta gracia, majestad y justicia que pueda. Y a veces, sí, ella tiene que tener su propio camino! Ella afirma que su único destino y reconoce que tiene una vocación. Un llamado a la grandeza dentro de...